El presidente Trump retrocede por ahora, pero los aranceles siguen siendo elevados
El 9 de abril, el presidente Donald Trump anunció una pausa de 90 días en el incremento de los aranceles recíprocos «adicionales» a más de 50 países que se habían declarado la semana anterior, lo que precipitó un repunte histórico del mercado de valores y demostró que, según parece, sí había un límite en lo lejos que llegaría para avanzar en su agenda comercial.
Aunque es probable que se haya evitado el peor de los casos, siguen existiendo aranceles importantes, que podrían repercutir en el crecimiento tanto en EE. UU. como a escala mundial, así como en la inflación. Incluyen:
- Un arancel universal del 10% para todos los países, efectivo a partir del 5 de abril. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó que el 10% sería probablemente el mínimo de los aranceles de cara al futuro, y el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, sugirió que sería muy «difícil» que ningún país lograra un acuerdo por debajo de ese nivel del 10%.
- Un arancel del 145% sobre los productos chinos. Trump ha indicado que podría materializarse un acuerdo con China que podría reducir los aranceles de la tasa draconiana del 145%, pero esperamos que los aranceles a China sigan siendo elevados, a pesar de todo.
- Un arancel del 25% sobre los productos de México y Canadá que no cumplan con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), a partir del 4 de marzo. Se estima que los productos procedentes de Canadá y México que sí respetan el Tratado representan cerca del 50% de todos los bienes (y tienen un arancel del 0% en virtud del T-MEC). Por lo tanto, esperamos que aumente el número de exportadores mexicanos y canadienses que busquen ajustarse al Tratado en los productos que no lo cumplan, que ahora están sujetos a aranceles.
- Un arancel del 25% sobre los bienes importados de cualquier país que importe petróleo venezolano, con efecto a partir del 2 de abril de 2025.
- Un arancel del 25% sobre el aluminio y el acero, que surtió efecto a partir del 11 de marzo de 2025.
- Aranceles del 25% sobre los automóviles (en vigor desde el 3 de abril) y las piezas de automóvil. En breve se esperan aranceles similares sobre los productos farmacéuticos y los semiconductores.
Estos aranceles podrían representar un aumento en la tasa arancelaria efectiva media de hasta un 23% en las importaciones estadounidenses, lo que sin duda no es tan significativa como la tasa de más del 30% que el mercado vaticinaba, aunque constituye una tasa arancelaria efectiva media del 3% en las importaciones antes de la llegada de Trump 2.0. (Cabe tener en cuenta que la tasa arancelaria efectiva podría disminuir si las importaciones procedentes de China se desploman, aunque probablemente conllevaría una tensión económica significativa en sí misma).
Aranceles y crecimiento económico
El tipo arancelario universal del 10% representa un posible obstáculo para el crecimiento de EE. UU. de hasta un punto porcentual y un posible impacto similar en la inflación (dependiendo de los ajustes cambiarios, entre otros factores).
El mercado esperaba alguna señal de que Trump se echaría atrás en las medidas más draconianas que se adoptaron la semana pasada y esta llegó por fin, una sorpresa para muchos miembros de la Administración. De hecho, el Representante de Comercio de Trump, Jamieson Greer, estaba testificando ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes y, aparentemente, no sabía que se venía el anuncio. Trump declaró que la relajación temporal guardaba relación, en parte, con el mercado de bonos, «donde la gente estaba un poco ansiosa», y que los miembros del Capitolio estaban «nerviosos» y «asustados». Al mismo tiempo, siguió reforzando su compromiso con el reequilibrio del comercio y cómo los aranceles son, en general, una herramienta muy eficaz.
Los efectos a largo plazo de las políticas arancelarias
En los próximos 90 días, cabe esperar que la Casa Blanca anuncie varios acuerdos con diversos países (la India, Australia, Argentina, el Reino Unido y, posiblemente, Japón parecen los más fáciles de conseguir). Aunque podríamos ser testigos de aranceles adicionales aún más altos (además del aumento del arancel del 10% después de 90 días para los países que no lleguen a acuerdos), nuestra expectativa es que cualquier arancel adicional sea mucho menos despiadado que los anunciados la semana pasada. No obstante, no debemos subestimar el compromiso ideológico de Trump relativo a este asunto, por lo que, aunque se haya evitado lo peor, la incertidumbre que rodea a la política comercial (y los aranceles significativamente más altos y los consiguientes efectos sobre el crecimiento) deberían descontarse de cara al futuro.
Hasta ahora, nuestro escenario central sobre el objetivo final era un arancel universal del 10% para todos los países, aranceles más altos para China (aunque inferiores al 125%) y aranceles específicos para determinados productos (automóviles, acero, productos farmacéuticos, etc.). Sin embargo, no pensamos que llevaría tan poco tiempo y conllevaría tan pocas dificultades llegar a ese punto (véase mi artículo del 7 de abril, «Turbulencias arancelarias: qué debe tenerse en cuenta, incluidas las posibles limitaciones». Aunque podríamos ser testigos de un aumento adicional de los aranceles específicos dentro de 90 días, creemos que Trump y sus asesores se han acercado demasiado a la llama y han retrocedido del enfoque más draconiano, aunque es probable que prosigan las amenazas arancelarias y la incertidumbre respecto a los países con mayores déficits comerciales (la UE y Vietnam siguen pareciendo más vulnerables).
Dicho esto, los niveles arancelarios, incluso después del «retroceso» del miércoles, podrían tener implicaciones significativas para el crecimiento y la inflación. Sin embargo, con independencia de esos efectos, creemos que existe cierta rigidez a largo plazo detrás del arancel base del 10%, los aranceles sectoriales y los elevados aranceles de China (es decir, es poco probable que se eliminen del todo).
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