Comparando las estrategias de inversión en renta fija activas y pasivas
Qué aprenderás
- Diferencias entre inversión activa y pasiva
- Ventajas e inconvenientes de la inversión activa y pasiva
- Cómo elegir el mejor enfoque de inversión en base a nuestros objetivos y circunstancias financieras
¿Qué son las estrategias de inversión en renta fija activas y pasivas?
Las estrategias de inversión pasivas implican comprar y mantener bonos hasta el vencimiento o invertir en fondos de bonos que replican índices de renta fija. Los enfoques pasivos pueden resultar adecuados para los inversores que deseen beneficiarse de las ventajas tradicionales de los bonos, como la preservación del capital, la generación de rentas y la diversificación. Sin embargo, no intentan sacar partido del entorno de tipos de interés, de crédito o de mercado.
Por el contrario, las estrategias de inversión activas intentan generar rentabilidades superiores a las de los índices de renta fija, a menudo mediante la compraventa de bonos para beneficiarse de las fluctuaciones de precios. Para rendir más que los índices a largo plazo, el inversor activo debe ser capaz de formarse opiniones sobre el rumbo de la economía, los tipos de interés y el entorno de crédito, negociar bonos de forma eficiente y gestionar el riesgo.
¿Qué estrategias pasivas puede usar un inversor?
Las dos principales estrategias de inversión pasiva que pueden usar los inversores son comprar y mantener y el seguimiento de índices.
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Comprar y mantener (buy-and-hold)
Los inversores que desean preservar el capital, generar rentas y/o diversificar pueden limitarse a comprar bonos y mantenerlos hasta el vencimiento. Uno de los principales riesgos de esta estrategia es el riesgo de reinversión, es decir, el riesgo de que el inversor se vea obligado a comprar un bono de menor rendimiento cuando llegue el momento de reinvertir.
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Seguimiento de índices
Otra opción puede ser usar una estrategia de inversión pasiva que intente replicar el comportamiento de un índice de renta fija. Al igual que los índices de renta variable, los índices de renta fija son transparentes (se conocen los títulos que lo componen) y la rentabilidad se actualiza y publica a diario.
Muchos fondos cotizados (ETF) y algunos fondos de renta fija invierten en los mismos títulos que componen determinados índices o en títulos similares, por lo que replican fielmente la rentabilidad de esos índices. En estas estrategias pasivas, los gestores modifican la composición de sus carteras cuando se produce algún cambio en los índices correspondientes, pero no suelen tomar decisiones independientes de compra y venta de bonos.
¿Y qué estrategias activas puede usar un inversor?
Los inversores que desean obtener una rentabilidad superior a la de los índices de renta fija recurren a estrategias de inversión activas. Los gestores de carteras que siguen un enfoque activo pueden intentar maximizar las rentas, la revalorización del capital (apreciación de los bonos), o ambas cosas. Muchos fondos de renta fija y algunos ETF se gestionan de forma activa.
Uno de los enfoques de gestión activa más populares es el de «rentabilidad total», que emplea diversas estrategias para maximizar la revalorización del capital. Los gestores de carteras de renta fija que siguen este enfoque intentan comprar bonos infravalorados, mantenerlos hasta que su precio aumente y venderlos antes del vencimiento para obtener una plusvalía; es decir, intentan «comprar barato y vender caro».
Los gestores activos suelen usar diferentes técnicas para identificar bonos con potencial de apreciación, entre las que se incluyen:
- Análisis de crédito: Llevar a cabo un análisis de crédito fundamental o bottom-up para identificar bonos susceptibles de apreciarse gracias a una mejora en la calidad crediticia del emisor.
- Análisis macroeconómico: Realizar un análisis macroeconómico o top-down para encontrar bonos que puedan apreciarse como consecuencia de las condiciones económicas, un entorno de tipos de interés favorable o las tendencias de crecimiento mundiales.
- Rotación de sectores: Invertir en sectores que históricamente se han revalorizado durante ciertas fases del ciclo económico y evitar los que han quedado rezagados en esos periodos.
- Análisis de mercado: Comprar y vender bonos para sacar partido de los cambios en las dinámicas de oferta y demanda que provocan fluctuaciones de precios.
- Gestión de la duración: Ajustar la duración de una cartera de renta fija para gestionar el riesgo de tipos de interés. Por ejemplo, acortar la duración para mitigar los efectos de una subida de tipos.
- Posicionamiento en la curva de tipos: Reajustar el perfil de vencimientos de una cartera de renta fija atendiendo a los cambios previstos en la relación entre bonos con diferentes vencimientos.
- Roll down: Cuando los tipos de interés a corto plazo son más bajos que los tipos a más largo plazo, un bono experimenta una progresiva disminución de su rendimiento y un aumento del precio a medida que se aproxima el vencimiento, es decir, que «rueda»(rolls down) por la curva de tipos. Un gestor de renta fija puede mantener un bono mientras se aprecia y venderlo antes del vencimiento para materializar una ganancia.
- Derivados: Los gestores activos pueden recurrir a futuros, opciones y otros instrumentos derivados para expresar un amplio abanico de opiniones, desde la solvencia de un emisor hasta el rumbo que seguirán los tipos de interés.
- Gestión de riesgos: Un gestor activo de renta fija puede adoptar medidas para maximizar la generación de rentas sin incrementar considerablemente el riesgo. Para ello, podría invertir en bonos a más largo plazo o con una calidad crediticia ligeramente inferior, que pagan cupones más elevados.
¿Por qué decantarse por una estrategia de renta fija activa frente a una estrategia pasiva?
Mucho se ha hablado en los últimos años de la inversión activa y pasiva, así como del valor que aporta la gestión profesional de inversiones. Aunque gran parte de la atención se ha centrado en el mercado de renta variable, el debate entre gestión activa y pasiva también es una cuestión importante en renta fija.
Uno de los puntos centrales de este debate gira en torno a si es o no cierto que el mercado de renta fija es demasiado eficiente para que los gestores activos puedan batirlo de forma sistemática.
Un gestor activo de renta fija, como PIMCO, rebatiría esta idea argumentando que tanto el tamaño como la flexibilidad de los gestores activos les permiten aprovechar las tendencias de corto y largo plazo para superar al mercado.
Además, los gestores activos gestionan el riesgo de tipos de interés, el riesgo de crédito y otros riesgos potenciales a los que se enfrentan las carteras de renta fija con el fin de generar rentabilidad.
Las inversiones gestionadas activamente tienden a cobrar comisiones más altas que las inversiones pasivas, y existe la posibilidad de que las rentabilidades generadas sean inferiores a las del mercado. Sin embargo, los estudios sobre la rentabilidad a largo plazo han demostrado que los fondos y los ETF de renta fija activa, a diferencia de los de renta variable, han superado en gran medida a sus comparables pasivos después de comisiones.
El gráfico inferior muestra la rentabilidad media de los gestores activos y pasivos de EE. UU. en los 10 años transcurridos hasta el 31 de diciembre de 2023, en las principales categorías de renta fija y renta variable de Morningstar. Como puede verse en el gráfico, en el periodo analizado la rentabilidad media generada por los gestores de renta fija activos superó la de sus comparables pasivos y la del índice de referencia. La situación es muy distinta en renta variable, donde la rentabilidad media de los gestores activos es inferior a la de los gestores pasivos y la del índice.
Avisos Legales
Acerca del riesgo: todas las inversiones conllevan un riesgo y pueden perder valor. La inversión en el mercado de renta fija está sujeta a riesgos, incluidos el riesgo de mercado, de tipos de interés, de emisor, de crédito, de inflación y de liquidez. El valor de la mayoría de los instrumentos y las estrategias de renta fija se ve afectado por las variaciones de los tipos de interés. Los bonos y las estrategias de renta fija de duración más elevada tienden a ser más sensibles y volátiles que los títulos con duraciones más cortas; el precio de los bonos baja, por lo general, cuando los tipos de interés suben, y los entornos de tipos de interés bajos incrementan este riesgo. La menor capacidad de las contrapartes de los bonos para satisfacer sus compromisos podría contribuir a reducir la liquidez del mercado e incrementar la volatilidad de los precios. En el momento del reembolso, las inversiones en renta fija pueden tener un valor superior o inferior a su coste inicial.
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