Perspectivas seculares de América Latina: invertir en la era de la transformación
- Aunque las perspectivas económicas para la región en su conjunto parecen delicadas, vemos atractivas oportunidades de inversión en determinados países preparados para beneficiarse de la transformación secular a la energía limpia, donde los líderes se comprometen a abordar las tensiones sociales endémicas con políticas ortodoxas.
- América Latina se enfrenta a una serie de desafíos estructurales, que incluyen elevados niveles de deuda e inflación, bajo crecimiento de la productividad e incertidumbre política, que, que la hacen vulnerable a posibles conmociones.
- La ralentización del crecimiento tendencial de China probablemente afectará más a los exportadores de commodities no energéticos, en particular a los que se especializan en metales industriales clave utilizados en la construcción, como el mineral de hierro.
América Latina se enfrenta a una serie de desafíos estructurales, que incluyen elevados niveles de deuda e inflación, bajo crecimiento de la productividad e incertidumbre política, que, en nuestra opinión, la hacen vulnerable a posibles conmociones. Sin embargo, aunque las perspectivas económicas para la región en su conjunto parecen delicadas, vemos atractivas oportunidades de inversión en determinados países preparados para beneficiarse de la transformación secular a la energía limpia, donde los líderes se comprometen a abordar las tensiones sociales endémicas con políticas ortodoxas.
En nuestro último Foro Secular, analizamos con Arminio Fraga (ex presidente del Banco Central de Brasil) y Alfonso Prat-Gay (ex presidente del Banco Central de Argentina) el impacto de la transición verde, la creciente presión para compartir los beneficios económicos más ampliamente y la desaceleración de la economía de China en las perspectivas de América Latina (para más detalles, lea nuestras últimas Perspectivas seculares, “La era de la transformación”). Aquí, Pramol Dhawan, responsable de gestión de portafolios de mercados emergentes (EM), y Gene Frieda, estratega global, conversan con Barbara Clancy, responsable de gestión de clientes de América Latina y el Caribe, sobre las conclusiones del panel, nuestras perspectivas generales para América Latina y dónde vemos oportunidades.
¿En qué condiciones se encuentran las economías latinoamericanas en la salida de la pandemia?
Dhawan: Con la ayuda de importantes estímulos monetarios y fiscales, las economías se recuperaron rápidamente en 2021, y en muchos casos el PIB se reubicó cerca de los niveles previos a la pandemia. Es de suponerse que las condiciones mundiales favorables en la forma de tasas de interés bajas, la reducción de la dependencia del financiamiento externo y el aumento de la demanda de commodities —en particular el petróleo, el cobre y el café— den un fuerte impulso a la mayor parte de la región este año. Sin embargo, puede que no sea suficiente para superar el lastre del bajo crecimiento crónico de la productividad, la elevada inflación, los abultados déficits y la probable vuelta a tasas de crecimiento tendencial bajas. Por ello, creemos que la región en su conjunto seguirá siendo vulnerable a cualquier nueva conmoción.
¿Cómo afectarán las presiones inflacionarias en América Latina a las respuestas de los responsables de formular políticas sobre las tasas locales y, en última instancia, sobre las divisas?
Dhawan: Los esfuerzos de los bancos centrales con respecto a los objetivos de inflación se han mantenido firmes en general. No obstante, es probable que la inflación sea más persistente en algunos países debido a las restricciones políticas posteriores a la pandemia.
En Brasil y Colombia, los elevados niveles de deuda y las grandes necesidades de financiamiento fiscal pueden dificultar que los bancos centrales endurezcan la política monetaria lo suficiente como para frenar la inflación antes de las cruciales elecciones presidenciales.
Mientras tanto, en Chile y Perú, los parlamentos han impulsado la demanda interna recurriendo a los ahorros del sistema privado de pensiones.Mientras tanto, en Chile y Perú, los parlamentos han impulsado la demanda interna recurriendo a los ahorros del sistema privado de pensiones. Seguramente el aumento del gasto requerirá una política monetaria más restrictiva para contener la inflación. Pero las limitaciones políticas relacionadas con la pandemia pueden impedir que los bancos centrales actúen con la suficiente rapidez para afrontar el desafío.
Por último, México es un ejemplo de país que sufre presiones inflacionarias pese a mantener una política fiscal conservadora. En nuestra opinión, las intervenciones sectoriales y los aumentos grandes en el salario mínimo sólo pueden servir para exacerbar las restricciones de la oferta.
La carga de una política monetaria más restrictiva para compensar estos riesgos puede ser un fuerte catalizador para la apreciación del tipo de cambio, aunque amenace el crecimiento económico y la independencia del banco central. Consideramos que el caso de Argentina —una política fiscal persistentemente laxa, la impresión de dinero por parte del banco central y una inflación en constante aumento— ha sido aleccionador, por lo que es poco probable que lo emulen otros países de la región.
¿La ola populista en América Latina se desvanecerá o llegó para quedarse?
Frieda: Dudamos que la ola de populismo en América Latina vaya a desvanecerse pronto. Normalmente, los países vuelven a pasar de los extremos políticos al centrismo solo después de que el populismo se detiene. Además, parece ser que la fragmentación política —diferente del populismo— es endémica, lo que dificulta que los gobiernos logren un consenso sobre las reformas estructurales requeridas.
En nuestro Foro Secular, Arminio Fraga y Alfonso Prat-Gay observaron que América Latina sigue siendo vulnerable a los líderes populistas que predican soluciones fáciles a problemas complejos. La región carece de líderes políticos dominantes que se comuniquen con empatía con los votantes, una habilidad que suele abundar en los líderes populistas.
Los países latinoamericanos modelo, a saber, Chile y Perú, están sufriendo sus propias cepas de populismo, lo que aumenta el riesgo de que vuelvan a aplicarse políticas heterodoxas desacreditadas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) parece haber adoptado una postura más indulgente con respecto a la reestructuración preventiva de la deuda soberana y los controles de capital. En consecuencia, hemos incorporado a nuestros marcos de inversión el riesgo de "agujeros negros" (incumplimientos de pago de la deuda reembolsable a plazo fijo) y otros escenarios de cola que pueden drenar la liquidez del sistema.
Creemos que hay una serie de señales a corto plazo que ameritan un seguimiento minucioso:
- El inminente proceso de reforma constitucional de Chile, que probablemente determinará la gobernabilidad del histórico alumno modelo de la región.
- Las elecciones de 2022 en Brasil, que pueden ser la prueba más importante de la región para saber si la política puede volver a la media sin antes caer en una crisis. Un tercer candidato centrista podría enderezar la frágil dinámica de la deuda brasileña, mientras que una continuación del statu quo o incluso una vuelta a la izquierda supondría el riesgo de una crisis de confianza local y una fuga de capitales.
- El éxito del programa de estabilización del FMI en Ecuador.
- La resiliencia del sistema de frenos y contrapesos de Perú.
- Los cambios de política del gobierno argentino, especialmente en el gasto público, después de que el partido peronista perdió la mayoría en el Senado por primera vez desde la restauración de la democracia en los años ochenta.
¿Qué significa para América Latina una China más lenta y más grande?
Frieda: Parece ser que la tendencia de crecimiento de China se ralentizará a medida que el gobierno frene el mercado inmobiliario impulsado por la deuda, se haga autosuficiente en commodities clave y reparta de forma más equitativa los beneficios del crecimiento económico entre la sociedad. Esta transición hacia el interior tal vez afecte en mayor medida a los países que dependen más de la aparentemente insaciable demanda de commodities por parte de China en los últimos 20 años —los exportadores de commodities no energéticos, en particular los que se especializan en metales industriales clave utilizados en la construcción, como el mineral de hierro—.
¿Cómo afectará a América Latina la transición mundial a las tecnologías verdes?
Frieda: La incipiente transición mundial a las tecnologías verdes puede suponer un cambio de juego para algunos países, y compensar el lastre de la ralentización del gasto inmobiliario y en infraestructura en China. Las energías renovables, los vehículos eléctricos, el hidrógeno y la captura de carbono son más intensivos en el uso de metales que sus equivalentes basados en combustibles fósiles. Es por ello que suponemos que aumentará la demanda mundial de los principales metales, como el cobre, el níquel, el cobalto y el litio, y esto dará impulso a las economías de esos exportadores (véase el gráfico siguiente).
¿Cómo puede América Latina salir fortalecida del periodo de pandemia y dónde prevemos el mayor valor?
Dhawan: Nos interesan las inversiones en países que se beneficiarán de una serie de condiciones positivas en los próximos 12 a 18 meses.
En primer lugar, en la mayoría de los casos, la resiliencia institucional se ha mantenido intacta. Esto se aplica no sólo a los bancos centrales, sino también a los sistemas judiciales. En última instancia, consideramos que esa resiliencia es clave para la estabilización macroeconómica. Sin ella, puede volver la tradicional maldición latina de la estanflación, como ya lo vimos en Argentina.
En segundo lugar, las condiciones externas parecen razonablemente favorables para América Latina. A pesar de que las presiones inflacionarias relacionadas con la pandemia han durado más de lo previsto, suponemos que disminuirán a lo largo de 2022 y, por lo tanto, que la Reserva Federal y otros bancos centrales de mercados desarrollados (DM) normalizarán su política con relativa lentitud.
En tercer lugar, creemos que los precios de los commodities se mantendrán firmes —en particular los de la energía y el cobre, principales exportaciones de América Latina— y darán impulso a las economías. Seguramente las limitaciones de la oferta de energía en las economías desarrolladas, aunadas al aumento de la demanda de cobre para las tecnologías verdes que prevemos, favorecerán a los commodities.
Por último, en la mayoría de los casos, la democracia sigue funcionando y es posible se restablezcan gobiernos centristas ortodoxos, sobre todo en respuesta a la presión del mercado en favor de las reformas. No es que estemos restando importancia al reto de la gobernabilidad ante la fragmentación política, pero en la medida en que los líderes reformistas vuelvan al poder, es probable que los mercados tiendan a conceder hasta cierto punto el beneficio de la duda a sus promesas relativas a políticas. Los planes creíbles tienden a crear un espacio para que los gobiernos equilibren las reformas, a menudo difíciles, con los objetivos mínimos de crecimiento necesarios para mantener a los votantes a bordo.
Teniendo en cuenta estas perspectivas, ¿cómo se plantea PIMCO la inversión en América Latina? ¿Y cómo están respondiendo los inversionistas en América Latina al cambiante entorno local?
Dhawan: Abordamos América Latina como un vasto abanico de oportunidades, no como una inversión pasiva en beta. Los países políticamente estables con una inflación relativamente benigna y un banco central confiable son cada vez más atractivos, ya que en ellos han aumentado los rendimientos y sus monedas se han mantenido infravaloradas. Contemplamos oportunidades en ciertos mercados considerados como "fronteras", p. ej., la República Dominicana, que deberían guardar una menor correlación con la beta de los mercados emergentes.
¿Cómo deben enfocar los inversionistas la inversión en activos de América Latina?
Clancy: Dados los riesgos potenciales en América Latina y en los mercados emergentes en general, se prevé que la gestión activa sea fundamental. Es esencial centrarse en la gestión del riesgo y en un análisis tanto descendente como ascendente. Vemos oportunidades en América Latina, especialmente en el mercado privado, para los inversionistas que reúnan los requisitos necesarios y no tengan limitaciones de liquidez. Estas oportunidades incluyen el financiamiento privado, la infraestructura y el crédito corporativo.