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Comentario Económico y de Mercados

El segundo acto de Trump: qué esperar en 2025 y más allá

Incluso con los republicanos a punto de controlar la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes, las escasas mayorías del Congreso podrían obstaculizar los esfuerzos del presidente para aprobar su agenda.

En un extraordinario retorno a la política, el expresidente Donald Trump se aseguró su segundo mandato no consecutivo en la Casa Blanca, una hazaña que solo había logrado previamente el presidente Grover Cleveland en 1893. A pesar de que las encuestas indicaban una contienda muy reñida, Trump ganó en los siete estados indecisos (aunque, en su mayoría, dentro de los márgenes de error de las encuestas) y superó sus resultados de 2020 en todo el país para llevarse tanto el voto del colegio electoral como el voto popular.

El presidente electo Trump regresará a Washington con un mandato más fuerte y con los republicanos preparados para controlar ambas cámaras del Congreso, aunque con el resurgimiento de la votación dividida, van en camino de obtener mayorías más reducidas de lo que parece indicar la victoria de Trump. Las elecciones han otorgado el control del Senado al bando republicano, cuya probable composición de 53-47 reflejaría la mayoría inicial de Trump en el Senado en 2017. En la Cámara de Representantes, se prevé que los republicanos mantendrán una estrecha mayoría, a la espera de los resultados de algunas elecciones no resultas, incluidas varias en California. Los republicanos pueden terminar con una de las mayorías más ajustadas de la historia en la Cámara de Representantes.

Dada la probabilidad de que los impuestos, los déficits y los aranceles dominen el discurso en Washington el próximo año, estas escasas mayorías en el Congreso podrían complicar los esfuerzos de Trump para aprobar su agenda. El Senado dispone de un colchón considerable para confirmar los nombramientos, ya que solo requieren 50 votos. Sin embargo, no alcanza la mayoría de 60 votos, a prueba de tácticas dilatorias, que se precisa para aprobar muchos proyectos de ley. Trump podría toparse con dificultades para imponer los recortes fiscales propuestos en una cámara dividida, aunque los recortes modestos son más fáciles de aprobar por medio de una «reconciliación presupuestaria», que solo requiere 50 votos en el Senado. De manera similar, los 2 billones de dólares en recortes presupuestarios propuestos por personalidades como Elon Musk requerirían un apoyo bipartidista que puede resultar difícil de lograr.

¿Qué podría hacer el presidente Trump en su primer día de mandato?

Hay una serie de acciones unilaterales que el presidente podría emprender el primer día:

  • Revertir las órdenes ejecutivas del presidente Joe Biden, entre las que cabe incluir las relativas al sector energético (p. ej., la prohibición de exportación de gas natural licuado y de perforación en terrenos federales).
  • Anunciar nuevas órdenes ejecutivas, entre ellas, las relativas a la frontera entre Estados Unidos y México. Restringir la migración y priorizar las deportaciones de delincuentes es probablemente más sencillo que un programa de deportación más amplio, que llevaría tiempo establecer y podría requerir fondos del Congreso.
  • Imponer aranceles a China utilizando la investigación existente del artículo 301 (de la Ley de Comercio Exterior de 1974) sobre China, que Trump empleó para imponer aranceles a China en 2018 y a la que el presidente Biden recurrió posteriormente para aumentar esos aranceles. Sin embargo, la aplicación de otros posibles aranceles sobre productos o países requeriría un proceso de investigación, que suele durar meses.
  • Sustituir a los directores de las agencias federales, si así lo desea, entre ellos, potencialmente:
    • La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor y, posiblemente, la Autoridad Federal de Financiamiento de la Vivienda, ambas estructuradas con dirección única. El Tribunal Supremo ha establecido que el presidente tiene potestad para destituir a los directores de dichas agencias.
    • La Comisión Federal de Comercio, cuya directora, Lina Khan, finalizó su mandato a finales de septiembre. El presidente Trump podría sustituirla con un comisionado republicano ya existente.
    • La Contraloría General de la Moneda, una autoridad reguladora clave de la banca.

En todos los casos, llevará su tiempo nominar y confirmar a los directores permanentes, pero pueden colocarse líderes temporales en estos organismos a través de diferentes métodos legales. Aunque la respuesta del mercado a las elecciones apunta a una mayor claridad regulatoria y a una probable ausencia de nuevas regulaciones, cabe reseñar que la desregulación lleva tiempo, en muchos casos años.

¿Y las iniciativas fiscales?

Para la expansión fiscal —los impuestos y el gasto—, el presidente Trump aún tendrá que pasar por el Congreso. Aquí es donde las probables mayorías ajustadas podrían servir de mecanismo de control.

Suponiendo que los republicanos conserven la Cámara, podríamos asistir a una extensión completa de los recortes de impuestos de Trump que vencen, pero posiblemente solo por un periodo de tiempo reducido, dado que los déficits ya son elevados. Podríamos ver iniciativas para reducir el gasto ligeramente, pero será todo un reto aprobar grandes recortes en la Cámara de Representantes, además de difícil de hacerlo a través del proceso de reconciliación presupuestaria (que solo requiere 50 votos en el Senado). Todo lo demás podría requerir 60 votos.

Como venimos diciendo desde hace meses, es probable que el déficit sea el mayor perdedor de las elecciones, ya que ninguno de los candidatos estaba dispuesto a adoptar medidas para reducirlo y ambos probablemente aprobarían políticas que lo aumentaran. El techo de la deuda, un tema que deberá abordarse más adelante en primavera, podría levantarse fácilmente en el caso de que presenciemos una mayoría republicana en ambas cámaras.

¿Y qué hay de la Fed?

No esperamos ningún cambio en la Reserva Federal hasta 2026. El mandato del presidente de la Fed, Jerome Powell, finaliza en mayo de 2026, y creemos que su puesto está garantizado hasta entonces. La primera vacante de gobernador de la Fed no llegará hasta enero de 2026. El presidente no puede despedir a un gobernador de la Fed sin causa expresa.

Creemos que la independencia de la Fed no se cuestiona. En última instancia, la Fed es responsable ante el Congreso —que creó la Fed y estableció su mandato— y ante el pueblo. Su independencia le permite establecer una política monetaria basada en datos, análisis y juicios, sin influencias políticas.

Conclusión

El presidente electo Trump regresará al cargo con un mandato sólido y, en muchos sentidos, estará menos abrumado por las consideraciones políticas de tener que volver a optar al cargo (no puede presentarse a un tercer mandato sin modificar la Constitución de EE. UU.). Sin embargo, lo que parecen ser márgenes ajustados en el Congreso —potencialmente e históricamente ajustados en la Cámara de Representantes— podrían suponer un freno a la agenda de Trump, tanto fiscal como de otro tipo. En cualquier caso, el final de este ciclo electoral ha aportado una claridad bien recibida, ya que el resultado no tardó en hacerse patente, sin que hubiera una prolongación de la incertidumbre.

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