Aranceles, tecnología y transformación

Perspectiva económica: un choque de fuerzas pone a prueba los marcos convencionales
El gobierno del presidente Donald Trump busca remodelar el papel global de EE. UU. mientras mejora la balanza comercial del país. En Perspectivas cíclicas anteriores, argumentamos que abordar estos desequilibrios requeriría reformas difíciles de implementar tanto en EE. UU. como en sus socios comerciales (para más detalles, consulte nuestras Perspectivas cíclicas de abril de 2025, “En busca de la estabilidad”).
Desde nuestro último Foro cíclico en marzo, el gobierno ha promulgado reformas de gran alcance. El impacto en la balanza comercial sigue siendo incierto. Sin embargo, creemos que tres fuerzas –efectos arancelarios, el auge de la inversión tecnológica y los desafíos a las instituciones– probablemente impulsarán una mayor volatilidad económica y de los mercados de capital tanto en EE. UU. como a nivel global (para más detalles, consulte nuestras Perspectivas seculares de junio de 2025, “La era de la fragmentación”).
Los efectos arancelarios están a punto de sentirse
Desde que comenzó el mandato del presidente Donald Trump en enero, EE. UU. ha aumentado los aranceles a todos sus principales socios comerciales. El resultado ha sido el mayor incremento de la tasa arancelaria promedio efectiva en más de un siglo –de menos de 3% en 2024 a aproximadamente 11% en septiembre de 2025, según la Comisión de Comercio Internacional de EE. UU. Los aranceles siguen siendo una prioridad del gobierno, incluso cuando los desafíos legales podrían retrasar o interrumpir su implementación.
La teoría del comercio sugiere que los aranceles de EE. UU. tienden a aumentar los precios de importación en EE. UU., deprimir los precios de exportación extranjeros, reducir los volúmenes reales de comercio y afectar los ingresos reales a nivel global. Hasta ahora, eso no ha ocurrido. El crecimiento global en los flujos comerciales y en la producción de bienes se ha acelerado. La inflación global de bienes se ha fortalecido mientras que la inflación en EE. UU. se ha mantenido contenida.
No obstante, hay razones para creer que podríamos estar cerca de una transición, y que lo que ha sido un mini auge podría dar paso a una mini recesión:
- En primer lugar, consumidores y empresas aceleraron la actividad a principios de este año para adelantarse a los aranceles. La acumulación de inventarios impulsó la producción industrial y el comercio global (ver gráfico 1). Ahora que los aranceles se han implementado, la producción acelerada de bienes podría dar paso a un período de bajo crecimiento o contracción.
- En segundo lugar, los altos aranceles efectivos no han suprimido la producción y el comercio chinos. En cambio, inicialmente estimularon el crecimiento en las economías del sudeste asiático que ahora están intermediando más comercio hacia EE. UU. El país norteamericano está tomando medidas enérgicas mediante aranceles adicionales sobre bienes enviados a través de países conectores.
- En tercer lugar, en lugar de aumentar principalmente los precios, muchas empresas estadounidenses parecen estar enfocadas en la gestión de costos y en ganar participación de mercado, con un posible aumento en los despidos de pequeñas y medianas empresas que no pueden trasladar los costos adicionales.
Las perspectivas mejoran en 2026. Es probable que los hogares y las empresas en EE. UU. se beneficien de nuevos recortes y créditos fiscales. En países como Alemania, China, Japón y Canadá, esperamos que el alivio fiscal selectivo –incluyendo la inversión en infraestructura, el gasto en defensa y los recortes de impuestos– compense parte de la presión de la política comercial de EE. UU.
En los países con mayores restricciones fiscales, la carga recaerá más en los bancos centrales. Aquellos con alta exposición comercial y tasas de política elevadas –como Brasil, México y Sudáfrica– probablemente recorten las tasas de manera más agresiva, especialmente si el dólar estadounidense ponderado por el comercio continúa debilitándose.
El auge de la inversión en IA continúa
La inversión tecnológica sigue impulsando la resiliencia económica de EE. UU. y el aparentemente ilimitado desempeño del mercado accionario. El gasto de capital relacionado con IA (ver gráfico 2) probablemente seguirá siendo un motor del crecimiento de la inversión en EE. UU. hasta 2026. Con la adopción de la IA ampliándose, la inversión en infraestructura –incluyendo centros de datos y chips especializados– probablemente se mantenga sólida. China también está expandiendo agresivamente la infraestructura de IA con incentivos gubernamentales y objetivos de adopción por parte de la industria.
La tecnología también está comenzando a transformar los mercados laborales. Las grandes empresas con los recursos para invertir en IA pueden reducir su dependencia de la mano de obra mientras ganan participación de mercado. Las empresas tecnológicas ya han reducido la contratación para puestos de nivel inicial, lo que ha resultado en un aumento del desempleo entre personas de 16–25 años, incluyendo los graduados universitarios.
Los desafíos a las instituciones contribuyen a la incertidumbre
Las acciones del gobierno de Trump están remodelando instituciones tradicionales, incluyendo la Fed. En agosto, el presidente Trump destituyó a la gobernadora de la Fed Lisa Cook bajo acusaciones de fraude hipotecario. El caso está siendo litigado, pero esto señala que el presidente Trump podría buscar reequilibrar la Junta de Gobernadores de la Fed hacia sus preferencias de política –y hacerlo antes de que expiren en 2026 los mandatos del presidente Jerome Powell y de todos los presidentes de los bancos regionales de la Fed.
Existen buenas razones para creer que la Fed seguirá operando como una institución independiente de la influencia política a corto plazo. Los mercados están valorando una tasa de política cercana a 3%, en línea con las estimaciones de tasas neutrales de interés, pero un escenario de riesgo clave es una posible reconfiguración del liderazgo de la Fed por parte del gobierno de Trump.
Trayectorias para el crecimiento económico, la inflación y la política monetaria
En Europa, las exigencias de EE. UU. relacionadas con el gasto en defensa han impulsado renovados compromisos de los aliados de la OTAN, al tiempo que ejercen presión sobre los presupuestos. La expansión fiscal planeada por Alemania se centra en mayor inversión en defensa e infraestructura, con implicaciones para su trayectoria de deuda y para la coordinación fiscal más amplia de la Unión Europea.
Otras economías de la eurozona tienen menos flexibilidad y probablemente compensen las inversiones en defensa con políticas más restrictivas en otros ámbitos. Estas tendencias complicarán aún más los desafíos fiscales de Francia, que requieren reformas más significativas.
A nivel global, el crecimiento parece estar alcanzando un tope. Esperamos que se desacelere en 2025 a medida que los aranceles provoquen ajustes. Como línea de base, estos ajustes pueden darse sin recesión y con un retorno al ritmo de crecimiento tendencial cercano a 3% en 2026. Sin embargo, los riesgos a corto plazo se inclinan a la baja, ya que la anticipación de actividad ha enmascarado debilidades.
El crecimiento chino ya se está enfriando. Las presiones comerciales y los desafíos internos están siendo compensados parcialmente por el apoyo del gobierno, pero probablemente se necesite más. En los mercados emergentes (ME), un crecimiento más débil y monedas más fuertes crean un margen significativo para recortes de tasas en medio de choques comerciales, límites de la flexibilidad fiscal y transmisión monetaria más lenta.
La inflación global debería permanecer generalmente benigna hasta 2026, con divergencias regionales. Sin un ajuste cambiario, los aranceles deberían traducirse en un ajuste relativo de precios entre EE. UU. y el resto del mundo.
Es probable que EE. UU. siga rezagado en alcanzar su objetivo de inflación de 2%. La inflación en los mercados desarrollados (MD), excluyendo EE. UU., probablemente converja en 2026 a los niveles objetivo de 2% de los bancos centrales. El exceso de capacidad debería mantener la inflación china cerca de cero, mientras que sus exportaciones deprimen los precios en el exterior a medida que encuentra nuevos mercados para bienes previamente vendidos en EE. UU. En los ME, la inflación se mantendrá dentro de las zonas de confort de los bancos centrales, con riesgo de quedar por debajo si las monedas se fortalecen, en nuestra opinión.
A nivel global, el alivio monetario está listo para continuar. El Banco de Inglaterra y el Banco de la Reserva de Australia probablemente recorten de manera más agresiva a medida que se reanude la desinflación, mientras que el Banco Central Europeo y el Banco de Canadá –más cercanos a niveles neutrales de política– harán ajustes menores. El Banco de Japón sigue siendo una excepción, con una política por debajo de lo neutral y un aumento de tasas anticipado. Los bancos centrales tienen margen para recortar las tasas más de lo que actualmente descuenta el mercado si el impacto de los aranceles de EE. UU. empeora y el alivio fiscal resulta ser un contrapeso insuficiente.
La Fed debe equilibrar una política migratoria más estricta, la dislocación laboral impulsada por la inteligencia artificial y los choques relacionados con los aranceles. A corto plazo, una pregunta clave es si los riesgos para el mercado laboral se materializan y elevan el desempleo.
En los próximos años, queda por ver si las ganancias de productividad derivadas de la IA y la automatización pueden compensar los choques de oferta laboral relacionados con la migración, con la política fiscal en 2026 brindando más apoyo. Si la productividad no se acelera, la recuperación de la demanda económica en medio de una oferta limitada podría conducir a una inflación más persistente –un entorno difícil para cualquier presidente de la Fed.
Implicaciones de inversión: aprovechar oportunidades duraderas
Asegurar los atractivos rendimientos actuales de los bonos representa una oportunidad convincente para respaldar ingresos, retornos y una posible apreciación de precios en los próximos años en una variedad de escenarios económicos. La oportunidad en renta fija es especialmente oportuna, con los bancos centrales a nivel global listos para recortar aún más las tasas de interés.
Los rendimientos iniciales han sido históricamente un fuerte predictor de los retornos en los siguientes cinco años. Al observar los índices de referencia de bonos de alta calidad al 26 de septiembre de 2025, el rendimiento del Bloomberg US Aggregate Index es de 4.42% y el rendimiento del Global Aggregate Index (cubierto en dólares estadounidenses) es de 4.3%. A partir de esta base, los gestores activos pueden buscar construir portafolios que potencialmente generen rendimientos de alrededor de 5%–7% al aprovechar los rendimientos atractivos disponibles en inversiones de alta calidad.
En medio de la incertidumbre política en curso, debemos considerar una gama de posibles resultados. Tiene sentido enfocarse en un conjunto diversificado de inversiones y priorizar la resiliencia del portafolio. Las valoraciones de renta fija son atractivas tanto en términos absolutos como en relación con las acciones, que han alcanzado niveles históricamente elevados. Las asignaciones a bonos siguen siendo un ancla para los portafolios de inversión, proporcionando estabilidad y una posible cobertura contra los riesgos elevados del mercado accionario.
A medida que continúan los recortes en las tasas de política de los bancos centrales, la pendiente está regresando al extremo corto de las curvas de rendimiento de los bonos. Los bonos parecen listos para superar al efectivo, mientras que la gestión activa puede mejorar los resultados mediante el posicionamiento en la curva de rendimiento.
Tasas, exposición a duración y posicionamiento en la curva de rendimientos de los bonos
Incluso después del sólido desempeño acumulado en el año para los bonos, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se mantienen bien dentro del rango de 3,75%–4,75% que ha servido como punto de referencia en los últimos años (ver gráfico 3). Las curvas a futuro generalmente descuentan que los bancos centrales regresen al rango de tasas neutrales de política, aunque con el Reino Unido como una excepción importante, ya que el mercado aún descuenta una tasa terminal muy por encima de nuestro rango de estimación neutral.
Ante este panorama, los inversionistas con exposición a duración –una medida de la sensibilidad de los precios a los cambios en las tasas de interés, que tiende a ser mayor en los bonos de vencimiento más largo– han visto un sólido desempeño este año. Las posiciones que se benefician de una mayor pendiente de la curva de rendimientos también han ofrecido retornos sólidos.
En este momento, mantenemos una inclinación general a sobreponderar la duración, con un sesgo hacia la duración de EE. UU. y exposición selectiva en el Reino Unido y Australia, aunque con algo menos de convicción que a inicios de este año, dado que los rendimientos han bajado dentro de nuestro rango de referencia. Favorecemos los vencimientos cortos e intermedios en los mercados globales, y sobreponderamos la zona de cinco años en EE. UU., como cobertura frente a riesgos a la baja.
Mantenemos nuestro sesgo hacia el mayor empinamiento de la curva, aunque con menor convicción. Nuestro enfoque está en un posible empinamiento alcista a través de repuntes en la parte corta, más que en un empinamiento bajista por ventas en la parte larga.
Oportunidades globales
La diversificación entre regiones y monedas es una forma cada vez más importante de aprovechar posibles fuentes de desempeño superior. Los inversionistas pueden beneficiarse de una atractiva gama de oportunidades globales disponibles hoy.
Favorecemos mantener una infraponderación en el dólar estadounidense, aunque no pronosticamos un cambio en su condición de moneda de reserva mundial. Dados los riesgos para las perspectivas de EE. UU., incluyendo los crecientes déficits, creemos que tiene sentido diversificar posiciones en los mercados globales. En deuda local de ME, favorecemos la sobreponderación de la duración en Perú y Sudáfrica.
Los activos reales pueden servir como cobertura frente a la incertidumbre inflacionaria. Los altos rendimientos reales y las expectativas de inflación moderadas, implícitas en los precios de los Títulos del Tesoro de EE. UU. Protegidos contra la Inflación (TIPS, por sus siglas en inglés), los convierten en una cobertura asequible contra shocks inflacionarios. Las materias primas pueden mejorar aún más la cobertura contra la inflación y la diversificación.
Crédito
Vemos fundamentos sólidos en el sector de crédito corporativo, pero creemos que otros segmentos de renta fija ofrecen mejores perfiles riesgo/retorno. Mantenemos una exposición limitada al crédito corporativo en medio de spreads ajustados e incertidumbre económica. Favorecemos el crédito estructurado senior y las inversiones vinculadas a consumidores de mayor calidad. Recomendamos precaución en sectores sensibles a la economía –especialmente aquellos ligados al comercio– con alto apalancamiento y riesgos de disrupción.
Mantenemos una sobreponderación en crédito estructurado y en el índice de derivados de crédito grado de inversión (IG CDX), combinada con una infraponderación en crédito corporativo en efectivo. Sobreponderamos los valores respaldados por hipotecas de agencias (mortgage-backed securities, o MBS), con preferencia por los cupones más altos.
Seguimos buscando valor relativo en los mercados de crédito. En lugar de enfocarnos en distinciones arbitrarias entre el crédito público y el privado, vemos un continuo de oportunidades de inversión en estos mercados que deberían evaluarse en función de comparaciones de liquidez y sensibilidad económica.
Nos enfocamos en activos líquidos y de alta calidad y vemos un sólido potencial de retorno en financiamiento respaldado por activos. También favorecemos temas de inversión con vientos de cola seculares. Estos incluyen financiamiento de aviación e infraestructura de datos, donde las necesidades de capital son grandes y crecientes, los fundamentos del colateral son sólidos y las barreras de entrada para los prestamistas son altas. Finalmente, también nos entusiasma aprovechar áreas selectas donde las valoraciones ya se han reajustado –en particular las oportunidades de deuda inmobiliaria respaldada por activos de alta calidad– y en sectores con fundamentos resilientes.
Conclusión
En el complejo entorno global actual, los gestores activos pueden usar una variedad de herramientas para acceder a oportunidades amplias. Los atractivos rendimientos de los bonos representan una convincente oportunidad a largo plazo –particularmente a medida que los recortes de tasas de los bancos centrales aumentan el potencial de retornos totales de la renta fija y reducen el potencial de retornos de las inversiones similares al efectivo.
Además, la diversificación global y una visión más integrada de los mercados de crédito públicos y privados ofrecen formas de reforzar la resiliencia del portafolio y ampliar las fuentes de retorno. Los inversionistas activos pueden acceder a la abundancia de rendimientos reales y nominales entre regiones y monedas, mientras evalúan las oportunidades de crédito en un continuo basado en la liquidez y la sensibilidad económica.
En conjunto, estas estrategias –captura de rendimientos de bonos, diversificación global y análisis del continuo de crédito– pueden conformar un marco de inversión sólido.
Acerca de nuestros foros
Basado en nuestros Foros cíclicos y seculares, el proceso de inversión de PIMCO está diseñado para brindar a los gestores de portafolio una visión de 360 grados de los riesgos y las oportunidades.

Avisos Legales
La rentabilidad pasada no es garantía ni indicador fiable de resultados futuros.
Todas las inversiones conllevan riesgos y pueden perder valor. La inversión en el mercado de renta fija está sujeta a riesgos, incluidos el riesgo de mercado, de tasas de interés, de emisor, de crédito, de inflación y de liquidez. El valor de la mayoría de los instrumentos y las estrategias de renta fija se ve afectado por las variaciones de las tasas de interés. Los bonos y las estrategias de renta fija de duración más elevada tienden a ser más sensibles y volátiles que los títulos con duraciones más cortas; el precio de los bonos baja, por lo general, cuando las tasas de interés suben, y los entornos de tasas de interés bajos incrementan este riesgo. La menor capacidad de las contrapartes de los bonos para satisfacer sus compromisos podría contribuir a reducir la liquidez del mercado e incrementar la volatilidad de los precios. Las inversiones en bonos pueden valer más o menos que el costo original al ser redimidas. Los bonos ligados a la inflación ( ILB, por sus siglas en inglés) emitidos por un gobierno son títulos de renta fija cuyo valor principal se ajusta periódicamente de acuerdo con la tasa de inflación y pierden valor cuando las tasas de interés reales reales aumentan. Los valores del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS, por sus siglas en inglés) son ILB emitidos por el gobierno de EE. UU. Los valores respaldados por hipotecas y activos pueden ser sensibles a las variaciones de las tasas de interés y estar expuestos al riesgo de pago anticipado y, a pesar de que por lo general están respaldados por un gobierno, una agencia gubernamental o un garante privado, no hay seguridad de que el garante cumpla con sus obligaciones. Las referencias a los bonos hipotecarios, tanto emitidos como no emitidos por agencias, aluden a hipotecas emitidas en EE. UU. Los productos estructurados, como las obligaciones garantizadas por deuda (CDO, por sus siglas en inglés), el seguro de portafolio de proporción constante (CPPI, por sus siglas en inglés) y las obligaciones de deuda de proporción constante (CPDO, por sus siglas en inglés) son instrumentos complejos que suelen conllevar un alto grado de riesgo y se dirigen únicamente a inversionistas cualificados. El uso de estos instrumentos puede implicar la inversión en derivados, que podrían generar pérdidas superiores al importe invertido. El valor de mercado también puede verse afectado por cambios en el entorno económico, financiero y político (incluidos, entre otros, las tasas de interés y de cambio al contado y a plazo), el vencimiento, el mercado y la calidad crediticia de los emisores. El crédito privado implica una inversión en títulos no cotizados en bolsa que están sujetos al riesgo de iliquidez.Los portafolios que invierten en crédito privado pueden estar apalancados e incurrir en prácticas de inversión especulativas que aumentan el riesgo de pérdida de la inversión. La inversión en títulos denominados o domiciliados en el extranjero puede implicar riesgos elevados debido a las fluctuaciones cambiarias y a los riesgos políticos y económicos, que pueden aumentar en los mercados emergentes. Las tasas de cambio pueden fluctuar considerablemente en períodos de tiempo cortos y reducir la rentabilidad de un portafolio. La renta variable puede perder valor debido a las condiciones del mercado general, la economía y el sector, tanto reales como supuestas. El riesgo de gestión es el riesgo de que las técnicas de inversión y los análisis de riesgo aplicados por el gestor de inversiones no produzcan los resultados deseados y que determinadas políticas o eventos puedan afectar las técnicas de inversión disponibles para el gestor en relación con la gestión de la estrategia. La calidad crediticia de un valor o grupo de valores concreto no garantiza la estabilidad o seguridad del portafolio en general. La diversificación no es una garantía contra pérdidas.
Los pronósticos, las previsiones y cierta información que contiene el presente documento se basan en investigaciones propias y no deben considerarse como una asesoría de inversión, una oferta o invitación, o una compraventa relacionada con un instrumento financiero. Los pronósticos y previsiones tienen ciertas limitaciones inherentes, y a diferencia de un historial de desempeño, no reflejan los costos reales de negociación, restricciones de liquidez, comisiones y/u otros costos. Además, las referencias a resultados futuros no deben interpretarse como previsiones o promesas de los resultados que podría obtener el portafolio de un cliente.
Las declaraciones relativas a las tendencias de los mercados financieros o las estrategias de cartera se fundamentan en las condiciones actuales del mercado, que pueden fluctuar. No existe garantía de que estas estrategias de inversión funcionen bien en todo tipo de condiciones de mercado ni de que resulten adecuadas para todos los inversores, y cada inversor debe evaluar su capacidad para invertir a largo plazo, especialmente durante periodos bajistas del mercado. Los inversionistas deben consultar a un profesional de inversiones antes de tomar una decisión de inversión. Las perspectivas y las estrategias están sujetas a cambios sin previo aviso.
La correlación es una medida estadística de cómo dos valores se mueven uno con respecto al otro. La duración mide la sensibilidad del precio de un bono a las tasas de interés y se expresa en años.
PIMCO, en términos generales, presta servicios a instituciones calificadas, intermediarios financieros e inversionistas institucionales. Los inversionistas individuales deben contactar a su propio profesional financiero para determinar las opciones de inversión más adecuadas para su situación financiera. Este material refleja las opiniones del gestor. Dichas opiniones están sujetas a cambios sin previo aviso. Este material se distribuye exclusivamente con fines informativos y no debe considerarse asesoramiento de inversión ni una recomendación respecto a ningún título, estrategia o producto de inversión en concreto. Esta información se obtuvo de fuentes consideradas fiables, pero no ofrecemos ninguna garantía al respecto. Se prohíbe expresamente la reproducción de la presente publicación, en todo o en parte, así como la referencia a ella en cualquier otra publicación, sin previo permiso por escrito. PIMCO es una marca registrada de Allianz Asset Management of America LLC en los Estados Unidos y en todo el mundo.
CMR2025-0919-4839318